Rehabilitación mínimamente invasiva
Rehabilitación mínimamente invasiva
Mediante los avances científicos y tecnológicos que se han producido en los últimos años y el desarrollo y perfeccionamiento de nuevos materiales altamente estéticos ya se pueden rehabilitar la función y estética perdidas de una manera aditiva sin necesidad de preparar el diente y con las mínimas intervenciones posibles.
Al mantener al máximo la estructura dental y no ser invasivo, el tratamiento es más duradero y el pronóstico a largo plazo mejor. Estos tratamientos están basados en la adhesión y conservación al máximo de la estructura dental natural y son conocidos como odontología mínimamente invasiva. Dentro de estas restauraciones las más empleadas son las incrustaciones, microcarillas, reconstrucciones y obturaciones estéticas, fragmentos y puentes de fibra de vidrio.
Incrustaciones
Se utilizan para restaurar caries que son demasiado grandes para realizar una reconstrucción directa en boca y evitar procedimientos más agresivos como coronas o fundas. También se emplean para devolver estética y función a un diente o un grupo de dientes desgastados (aumento de dimensión vertical) o para sustituir grandes amalgamas (empastes de color plata) o reconstrucciones fracturadas. Las hay de tres tipos, en función del tamaño y el lugar que ocupa la restauración (onlays, inlays y overlays) y pueden realizarse en distintos materiales como composite, cerámica o cerómero (composite con partículas de cerámica). En cada caso particular se valorará cual es el material más recomendado para realizar la incrustación.
Las ventajas de este tratamiento son:
- La reconstrucción y la corona se unifican en la incrustación, por lo que el tratamiento resulta más económico y se reduce considerablemente el número de citas y el tiempo de estas, aumentando el confort del paciente.
Se mantiene al máximo el remanente de diente sano y al adherir la incrustación este se refuerza formando una estructura única y resistente. - Logra una gran estética y ajuste porque se realiza en el laboratorio y no presenta márgenes “oscuros” con el paso del tiempo como ocurre con el caso de algunas coronas desadaptadas.
- Solo son necesarias dos citas, una para realizar la preparación y tomar la impresión (el molde) y otra segunda cita para el cementado (la colocación).
Microcarillas.
Son pequeños y finos fragmentos de cerámica o en ocasiones de composite que se adhieren al esmalte y recuperan la anatomía, la estética y la función del diente. Su grosor puede ser a partir de 0.2 mm y no necesitan remover estructura dental sana, solo asperizar el esmalte y hacer un pequeño bisel para que la restauración resulte imperceptible.
Al igual que las incrustaciones estas se realizan en el laboratorio. Dependiendo de cada caso en particular suelen ser necesarias dos sesiones y sin necesidad de usar anestesia podemos completar el tratamiento.
Las microcarillas se pueden utilizar en casos de diastemas (espacios entre los dientes), dientes con forma o tamaño alterados como los dientes conoides o dientes microdónticos (dientes más pequeños de lo normal), dientes anteriores con pequeñas fracturas o para corregir pequeñas imperfecciones dentales. En todos estos casos el objetivo es mejorar y cambiar la anatomía dental, para lograr de esta manera una sonrisa bonita y equilibrada.
La diferencia con la técnica convencional de carillas dentales, es que las microcarillas son pequeños fragmentos que se adhieren al esmalte para reemplazar parcialmente una zona, mientras que las carillas recubren la superficie vestibular (fontal) del diente en su totalidad lo que en ocasiones requiere reducir estructura dental quedando dentina expuesta y pudiendo aparecer sensibilidad postoperatoria.
Reconstrucciones y obturaciones estéticas.
Son tratamientos que se realizan en la clínica, por el odontólogo, a diferencia con los tratamientos anteriores. Estos son procedimientos muy comunes, sobretodo en el sector anterior aunque también se pueden realizar obturaciones muy estéticas en el sector posterior. La mayoría de las restauraciones anteriores se realizan directamente en boca y se emplean composites altamente estéticos, colocados mediante la técnica de estratificación con ayuda de una llave de silicona que habremos confeccionado previamente con un modelo (molde de la boca) y un encerado diagnostico (simulacro para ver cómo será el resultado final). Las distintas capas de composites se van colocando secuencialmente mediante espátulas y pinceles y para conseguir naturalidad finalizaremos con una capa de composite de microrrelleno que imitara al esmalte y por lo tanto nos proporcionara un pulido exquisito para una restauración final muy estética y estable en el tiempo. En ocasiones también podemos emplear tintes dentinarios para conseguir matices e imitar dientes adyacentes y opaquers u opacadores para neutralizar manchas o colores oscuros en el diente a tratar cuando no tenemos demasiado espacio para colocar varias capas de composite.
Fragmentos.
Son obturaciones estéticas similares a las microcarillas con la diferencia que se realizan en clínica por el odontólogo y se emplean composites estéticos en vez de cerámica. Los usos son los mismos y las diferencias principales radican en la estética y el precio. Las microcarillas serán más estéticas y su precio más elevado. Los fragmentos son muy empleados para cierre de diastemas, cierre de troneras y corregir pequeñas discrepancias en la largura de un diente.
Puentes de fibra de vidrio
En el campo de la odontología estética mínimamente invasiva se emplean para reponer piezas ausentes, sobretodo en el grupo anterior superior e inferior (de canino a canino) aunque también se pueden usar para reponer premolares de manera más provisional. Se realizan en clínica por el odontólogo, en una sola sesión, mediante unas tiras de fibra de vidrio impregnadas con resina que van adheridas a los dientes adyacentes en los que qué solo habremos asperizado el esmalte y sobre estas puede emplearse composite o el propio diente del paciente para reponer el diente perdido.
Esta técnica fue creada como tratamiento provisional para reemplazar de manera sencilla y rápida un diente ausente o un diente que tiene que ser exodonciado (extraído). Pero en zonas de incisivos y de caninos, se puede considerar como un tratamiento semipermanente debido a la gran resistencia de este material y a la estética que se puede conseguir.